¿QUIÉN ES…?
Sin duda alguna, es uno de los grandes personajes que supo desafiar al sistema político por una justa causa, de transmitir y defender los derechos de sus hermanos de los andes peruano, ya que en ese entonces los jaqis estaban condenados a tener una vida paupérrima, sin tener ningún derecho sobre su propia existencia; hasta llegaron a
considerar a los andinos como seres inferiores o simplemente llamarlos como salvajes que debían desempeñarse en actividades muy duros (en su gran mayoría en el sector de la minería). Y ahí llega un gran hermano que quiso poner fin a esta masacre, pero tuvo grandes adversidades y dificultades para llevar adelante este proyecto, ya que las principales autoridades se opusieron cabalmente y así querer aniquilar toda la esperanza de tener una educación para los hombres andinos.
considerar a los andinos como seres inferiores o simplemente llamarlos como salvajes que debían desempeñarse en actividades muy duros (en su gran mayoría en el sector de la minería). Y ahí llega un gran hermano que quiso poner fin a esta masacre, pero tuvo grandes adversidades y dificultades para llevar adelante este proyecto, ya que las principales autoridades se opusieron cabalmente y así querer aniquilar toda la esperanza de tener una educación para los hombres andinos.
Cabe resaltar que Manuel Allqa Cruz (Manuel Z. C.), considera a la educación como la única salvación de la subordinación y ve como el medio de liberación frente a la masacre de los mistis.
BIOGRAFIA
Nació en el AYLLU CUTIMBO EL 25 DE DICIEMBRE DE 1871. Su padre fue Benedicto Allqa y su madre Eulalia Cruz Camacho. Sus padres conocieron al arriero Antonio porque el ayllu Cutimbo se encuentra al lado del camino de herradura que viene de Moquegua y va hacia Puno. A los escasos 12 años Manuelito es entregado al arriero quien se lo llevó a la ciudad de Moquegua.
El viaje hasta Moquegua duró cinco días. Las distancias eran enormes. Eran horizontes totalmente abiertos a los cuatro puntos cardinales. Después de un largo y cansado viaje llegaron hasta la ciudad de Moquegua. Ingresaron por la noche, cuando las luces estaban prendidas en las calles. La casa de Antonio quedaba fuera de la ciudad. Era un amplio local donde guardaba a los animales. Salieron a recibirlos su mujer y sus tres hijos. La esposa de Antonio se llamaba Doña Mercedes.
UNA NUEVA FAMILIA
Un día, el arriero Antonio, junto con su mujer le hablaron: “Nosotros somos una familia pobre, con hijos. Yo (Antonio), casi no permanezco en casa, tengo que viajar por varias ciudades llevando la mercadería. Pasado mañana tengo que salir a la ciudad de Tacna para entregar a los comerciantes los productos que hemos traído de Puno. Así hemos pensado, con mi mujer, entregarte a mi compadre, el Doctor Higinio Herrera a su esposa, mi comadre Juana Pomareda. Es un hogar sin hijos, con ellos vas a vivir. Ellos también me han suplicado que les consiga un niño serranito” después de un día Antonio y Manuelito se dirigieron hacia la plaza, atravesaron de un extremo a otro e ingresaron a una calle amplia, con anchas veredas. Se detienen junto a una bonita casa pintada de blanco. Antonio tocó la puerta, al momento salió la señora Juana Pomareda y dijo: “Tu compadre se encuentra en el consultorio, ya debe regresar almorzar”. A lo que respondió Antonio: “Comadre, le traigo su encarguito, al serranito éste. Es puneño, sus padres han perdido sus tierras, ahora son colonos de una hacienda”. Para terminar, a modo de consejo agregó: “El cholito se va acostumbrar luego con ustedes”. Y dijo: “Manuelito acá nos despedimos, quédate con mi comadre, sé obediente con ellos, llegaran a quererte como a un hijo, yo cuando vuelva a Puno, buscaré a tu padre y le diré que estas bien, en una casa de mucho respeto”
Al año siguiente ingresó a la Escuela Municipal del pueblo de Moquegua, donde estudio hasta el tercer grado, es decir la instrucción primaria completa (en ese tiempo la primaria completa era de tres años, hasta el tercer grado). Tuvo como profesores a Don Armando de la Flor, que enseñaba la lectura y escritura del idioma castellano, Don Gavino Vizcarra enseñaba la matemática y el Cura Zuñiga, párroco del pueblo, enseñaba Historia Sagrada y el Catecismo.

LA JUVENTUD Y EL VIAJE A ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
Cumplido los 16 años de edad, viajó a la ciudad de Lima con el italiano Iscardi, quien era amigo de Manuel Z Camacho (se conocieron en la ciudad de Moquegua, por que el italiano tenía una tienda). La primera semana del mes de Septiembre se despidió del Dr. Higinio Herrera y su esposa y emprendió el viaje.
Viajaron por el puerto de Ilo y llegaron en un barco chileno hasta el puerto del Callao. Permanecieron algún tiempo en la ciudad de Lima, donde el italiano tenía amigos. Después, en el puerto del Callao se embarcaron, en un barco de bandera italiana, con destino a San Francisco en los Estados Unidos de Norteamérica. El viaje duró cerca de un mes hicimos escala en Talara, luego en Guayaquil, Panamá, Acapulco, Tijuana y San Francisco, donde permanecieron cerca de un año con el italiano Iscardi. Al año siguiente regresamos a Lima. En el año 1888 se separaron.
Manuel Z Camacho regresa a Moquegua. A su llegada encontró al pueblo muy agitado, se estaban organizando los montoneros para luchar contra Cáceres. Z. Camacho, inmediatamente se incorporó como soldado.
DECIDE CAMBIAR DE APELLIDOS
En Diciembre del año 1894, Manuel Z Camacho, cumplía 24 años de edad. Para incorporarse al ejército revolucionario decidió cambiarse de apellidos. El paterno Allqa lo reemplazó por Zuñiga, en memoria del cura Zuñiga, recordado profesor de historia Sagrada en la Escuela Municipal del pueblo de Moquegua; de su madre tomó el segundo apellido: Camacho. Desde esa fecha en adelante su nombre será Manuel Zuñiga Camacho o sencillamente Manuel Z. Camacho.
RUMBO A CHILE
El 16 de Abril de 1896 salió de Lima con destino a la ciudad de Iquique, ya territorio chileno. En Iquique conoció a los chilenos Manuel Vivanco y Melchor Estrada, con quienes mantuvo una amistad fraterna.
EL REGRESO A LA TIERRA NATAL
Cuando cumplía 27 años de edad. Se embarcó en Valparaíso en un barco chileno, después de una travesía de diez días desembarcó en el puerto peruano de Mollendo. Llegó a Puno el 18 de Enero de 1898. De inmediato se puso a buscar a sus padres. Viajó a pie a su comunidad. Fue grande su sorpresa al encontrar solamente ruinas y vestigios de las casas destruidas. Cuando observaba el lugar de su recuerdo, llegó un hombre a caballo, venía a todo galope, paró a poca distancia e inmediatamente desmontó y lo dijo: “¿Qué buscas? ¿Has perdido algo? El hombre era un cholo robusto, armado con grueso zurriago. Le ordenó que de inmediato tendría que retirarse si no quería ir preso a la casa-hacienda, por sospechoso de ser un abigeo, porque tenía cara de tal. Él respondió: “Que no era así, lo que buscaba era mi comunidad, la casa de mis padres”. El hombre le dijo. “Estás loco, acá nunca hubo comunidad alguna. Estás dentro de la hacienda Collacachi de propiedad del Doctor Agustín Tovar Arce.
Otro día, cuando estuvo caminando por las calles de la ciudad de Puno, precisamente la calle de los puentes, casualmente se encontró con Santiago Arpasi, quién le informó que su madre se encontraba en la parcialidad de Utawilaya, jurisdicción del distrito de Chucuito, cerca al centro poblado de Platería. Viajó a ese lugar. El encuentro con su madre fue muy emotivo, de la alegría pasaron a las lágrimas. La abrazó entre sollozos, ambos lloraron un largo momento. Su madre también lloraba de alegría. Ella le dijo: “Tu padre (Benedicto Allqa) ha muerto siendo colono de la hacienda Collacachi. Yo, al quedarme viuda bajé a la ribera del Lago Titicaca en busca de libertad, ahora vivo en esta parcialidad; me he casado con Basilio Arpasi, con el que tengo dos hijos”. Escuchó en silencio a su madre y se quedaron junto con la nueva familia.
LA PRIMERA ESCUELA RURAL EN PUNO
En el año 1902 fundó la primera Escuela Rural en el departamento de Puno. La escuela funcionaba en su domicilio (en la casa de su padrastro) en la parcialidad de Utawilaya. El local era una amplia sala que construyó con tal objetivo. Enseñaba a sus discípulos (hombres, mujeres y niños de toda edad) la lectura y escritura del idioma castellano y la interpretación y el estudio de la Biblia. Además, curaba a los enfermos y daba orientaciones para la crianza de los animales y el cultivo de las plantas alimenticias. El profesor Julián Palacios, gran educador fue su gran amigo y consultor. Un día llegó a su casa a realizar una visita y a conversar sobre la educación. Ese día se quedaron hasta tarde y por último se quedó adormir. Al día siguiente, en la mañana, momentos antes de partir a la ciudad de Puno, llegó a su casa un humilde campesino quien lo solicitó que fuera a curar a su mujer que se encontraba muy enferma: animó al hermano Julián a que lo acompañe a la casa del campesino.
Las autoridades, como los jueces de paz, los gamonales, el Tata-cura de los pueblos de Ácora y Chucuito, llegaron a saber que Manuel Z. Camacho había tenido el atrevimiento de abrir una escuela en el campo (y en su propia casa) para enseñar a leer, escribir y hablar el castellano a los indios. Estas autoridades de inmediato se indignaron y buscaron la forma de impedir que la escuela siga su curso normal; también planearon la forma de castigarlo.
Las autoridades, como los jueces de paz, los gamonales, el Tata-cura de los pueblos de Ácora y Chucuito, llegaron a saber que Manuel Z. Camacho había tenido el atrevimiento de abrir una escuela en el campo (y en su propia casa) para enseñar a leer, escribir y hablar el castellano a los indios. Estas autoridades de inmediato se indignaron y buscaron la forma de impedir que la escuela siga su curso normal; también planearon la forma de castigarlo.
Después fue encarcelado en varias oportunidades, siendo amenazado de muerte y sin tener miedo a nada siguió con su proyecto de educación. Dando un resultado extraordinario ya que desde ese entonces los pueblos se organizan y logran liberarse del yugo de los karas.
Fuente:http://www.losandes.com.pe/Cultural/20100131/32548.html
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