Las mujeres aymaras en la historia 1781:
Jan axsariri warminaka
(Mujeres que no tienen miedo)
Por: Marina Ari M.
El presente artículo pretende mostrar que
existiendo una conexión entre los factores de identidad étnica, las normas
sexuales y los roles sobre lo femenino y masculino, la lucha nacionalista del
ejército aymara-qichwa en 1781, contribuyó a la ruptura de estos prototipos en
las mujeres que participaron de la Revolución Sisa-Katarista, modelando
perfiles inusitados de liberación de las guerreras Aymaras.
Las opciones
sexuales y los roles femeninos para las mujeres durante el siglo XVIII eran
limitados, incluso para las mujeres invasoras; peor aún para las mujeres
sometidas. Las políticas represivas españolas, manifestadas de forma feroz por
su Iglesia Católica, se ensañaba en las mujeres y con más encono en las mujeres
indígenas.
En tiempos de la Revolución Amaru
Katarista, las fronteras de los roles asignados se rompieron, se superó la
visión de mujeres indígenas subordinadas, pasivas y humildes, depasando incluso
la antigua ley del chacha-warmi. La revolución de la serpiente de dos
cabezas, Amaru-Katari, significó también una revolución para las mujeres. Los
casos de Bartolina Sisa, Gregoria Apaza, no debieron ser excepcionales; en los
relatos sobre el Cerco Aymara a la ciudad de La Paz existen abundantes
referencias a mujeres aymarasque lucharon a la par de los hombres y cuya
conducta y relaciones sociales y familiares se trastocaron.
El primer relato mostrará el impecable
liderazgo de una mujer que llegó a tomar decisiones por sí sola, excluyendo la
decisión de su esposo y líder máximo de su ejército, comportándose con mayor
honorabilidad y valor que el mejor de los guerreros. Una mujer que creó nuevos
símbolos para re-dignificar a la nación aymara que había sido sometida y humillada:
BARTOLINA SISA.
En un segundo relato es de una mujer que
rompió las convenciones, roles y deberes que le delegaban las normas del
invasor europeo e, incluso, de su propia comunidad. Una mujer que luchó por ser
ella misma con la única restricción del respeto al familiar y líder Tupac
Katari: GREGORIA APAZA.
BARTOLINA SISA
En 1781, durante la revolución India,
ninguna mujer española es mencionada, sino como víctima. En cambio el liderazgo
de Bartolina Sisa, la generala aymara, deslumbra. Los mismos relatores
españoles califican a las españolas durante el Cerco a La Paz como lloronas,
curiosas, gritonas e inútiles; en cambio, pese a odiar y despreciar a las
mujeres indígenas, no dejan de admirar su vibrante participación como soldados,
como administradoras y guerreras, tanto envanguardia como en retaguardia.
Bartolina Sisa es una representación magnífica de ellas.
Bartolina nace el 24 de agosto de 1753 en
la comunidad de Sullkawi, es la segunda esposa de Tupac Katari (Julián Apaza),
después de Marcela Sisa. Con su familia y luego con Apaza, será comerciante de
coca y de tejidos nativos. En febrero de 1781 se inician las acciones
revolucionarias, coordinando con las tropas de Tupaj Amaru. Se movilizan más de
150 mil aymaras y qichwas, desde el Perú hasta el Qullasuyu, abarcando en
Bolivia a La Paz, Oruro, y los valles de Chayanta. El ejército de los
Katari-Sisa contaba durante el inicio del Sitio de la ciudad de La Paz (13 de
marzo de 1781) con 20 mil combatientes. En muy pocos días se convierten en 40
mil y al cabo de 5 meses serán 80 mil. Bartolina Sisa participa activamente
enrolando a los combatientes, tanto hombres como mujeres.
Tupaj Katari, a diferencia de Amaru,
plantea el restablecimiento de la Nación Aymara. El 24 de abril de 1781 se
produce un ataque nocturno a la ciudad de La Paz en el cual Julián Apaza,
acompañado de Bartolina, gritan su nacionalismo Aymara. Borda, el cura presente
en varias jornadas de la guerra Sisa Katarista, quien delatará todo lo sucedido
a los españoles ya aplastada la revolución, relata que el pensamiento del
nacionalismo “lo tenían de continuo sus parásitos”. Una de las principales
propugnadoras del nacionalismo Aymara era Bartolina Sisa.
La generala mostrará esta convicción en
sus desafiantes respuestas a los interrogatorios y tortura que los españoles le
hacen cuando cae presa, acerca del objetivo revolucionario de extinguir la cara
blanca para que reinen los indios. En marzo, 40.000 aymaras inician el cerco a
Chukiyawu (La Paz). Durante 109 días los españoles y sus criollos vivieron una
pesadilla sin alimento ni agua, comiendo elcuero de sus baúles, pues los perros
y ratones se habían acabado. El cerco humano de sus víctimas aprisionábalos día
y noche, arrojando pelotas de fuego, hostigando diariamente al enemigo.
En contraste con
su cuñada Gregoria Apaza, Bartolina es una líder que hace prevalecer su
prestigio ganado por sí sola. Se impone como tal ante los españoles, pues
continuamente hace “ostentosas bajadas” (Siles 1960:142) vestida siempre
ceremonialmente, como guerrera en algunas ocasiones, en otras como Qoya,
para vigilar la permanencia del cerco; participa en los combates y
hostigamiento a los sitiados y en ocasiones dirige personalmente el ejército
aymara. En todas sus actuaciones Bartolina mantiene un ceremonial de guerrera y
de Mama T’alla, fortaleciendo los símbolos de la reconstrucción nacional
aymara. Recupera elementos de dignidad que los invasores nos habían despojado.
En sus inspecciones al cerco de La Paz su vestimenta es cuidadosamente elegida,
usa un cabriolé con adornos de oro o plata a la usanza española y monta un
caballo, en otras ocasiones una mula muy adornada. La elegancia en su
vestimenta, los detalles de comer con cubiertos de plata y de co-oficiar las
ceremonias, muestra la voluntad de re-simbolizar la lectura de la nación
Aymara. Estos rasgos hacen que los españoles tomen su discurso simbólico como
una afrenta; no podían creer ni entender que “la chola”, “la amancebada”, “la
concubina de Katari”, que ellos odiaban tanto, se atreviera al desafiante
boato.
Bartolina es una mujer extrema: sumamente
compasiva y en ocasiones dura. Es la única que puede aplacar la violencia de
Katari, quien en ocasiones incluso la amenaza de muerte; ella sabe apaciguarlo
y él la llama “reina” dedicándole sus actos de misericordia. Bartolina
seguramente lo amóprofundamente y así lo muestra su última acción antes de ser
capturada, cuando acude en su apoyo pese al riesgo que se sometía, pero también
es la líder que encuentra en el mando su razón de vida, es quien siente los
objetivos de la revolución india con mayor profundidad. Por eso en sus
declaraciones expresa los objetivos nacionalistas: «que la cara blanca debía
ser extinguida para que reinasen sólo los indios».
En Ventilla Bartolina Sisa comanda un
ejército de guerreros y guerreras aymaras, sus posteriores acciones mostrarán
su liderazgo natural. El 21 de mayo este ejército queda bajo su exclusiva
dirección. Con Katari lejos de El Alto, su misión es cuidar que el cerco a
Chukiyawu no se rompa. Los españoles al verla en la dirección envían 300
soldados para capturarla. Ante la inferioridad numérica de los aymaras los
españoles persiguen a las tropas de inspección qullasdirigidas por
Bartolina. Para su sorpresa, Sisa ordena el ataque y, a fuerza de pedradas, el
batallón más selecto de los españoles es humillantemente derrotado por el
ejército de hombres y mujeres aymaras. Bartolina en sus decisiones militares
mostró otra ruptura más con los patrones de género impuestos, mostrando que
además de generala era específicamente una mujer generala aymara, ordenando
mutilar los cadáveres de los españoles en castigo simbólico a las violaciones y
abusos sufridos por las mujeres indígenas a manos de los invasores.
El 29 de junio de 1781 el ejército indio
es atacado por un reforzado ejército español y se produce la ruptura del cerco,
días después los españoles con más refuerzos de Charcas salen de la ciudad a
masacrar a las comunidades: queman casas con mujeres y niños, se tortura y
asesina a los comunarios. Katari es obligado a replegarse y en esta acción se
produce la captura de Bartolina Sisa. Cuando Katari es derrotado en Calamarca
le pideauxilio y ella, pese al peligro de disminuir sus fuerzas, le envía mil
hombres más, asegura los bienes decomisados para que los guerreros de El Alto
no se vean abandonados y lleva ella misma plata y ropa de auxilio. En esta
misión es traicionada por sus acompañantes quienes la entregan al cruel Flores.
Es conducida presa a la ciudad de La Paz donde fue recibida por una lluvia de
piedras, insultos y golpes. El genocida Segurola la encierra encadenada. Su
lealtad y valor al tomar una decisión tan difícil muestran a la líder que
sobrepuso sus convicciones sobre su vida misma.
Otro aspecto de su carácter se manifestó
en los brutales interrogatorios a los que fue sometida. A diferencia de su
cuñada no acusa a combatientes ni aliados e inteligentemente sólo se refiere a
las personas que ella sabía habían muerto. No acusa a Gregoria de ningún delito
y libra de culpas incluso a los criollos y curas que habían apoyado a la
Revolución. La única persona viva a la que compromete es a María López,
conocida como María Lupaza. Esta mujer era la amante de Tupac Katari, los
relatos la muestran como ambiciosa, dominante e hipócrita, en su confesión a
los españoles, Lupaza se presentó como una víctima de Katari, quedando de esta
forma libre.
Katari es traicionado por Tomas Inkalipe
y conducido preso hasta Achachicala con una corona de clavos. El 14 de
noviembre de 1781 le arrancan la lengua, lo descuartizan y exponen sus restos
en picotas. Después de la muerte de Tupac Katari Bartolina se hundió en una
profunda depresión. Casi un año más tarde, el 5 de septiembre de 1782 ejecutan
a la generala. Bartolina es rapada, coronada también con clavos, la hacen
pasear soga al cuello y atada a la cola de una mula, le cortan los senos, le
arrancan la lengua y luego la cuelgan. Sus miembros son arrancados, su cabeza
clavada en un palo fue expuesta en laszonas donde ella batalló. Días después
sus restos son quemados y sus cenizas arrojadas al aire.
GREGORIA APAZA
Gregoria Apaza hermana de Julián Apaza o
Tupac Katari es otra mujer Aymara singular que revoluciona su condición de
género durante la Revolución Amaru-Katarista.
Gregoria estaba casada con Alejandro
Pañuni, sacristán de Ayoayo, con quien tuvo un hijo. En los inicios de la
guerrilla, Tupac Katari -en la tradición aymara- convoca a su hermana y cuñado,
a sus primos y a sus tíos y por supuesto a su esposa y les da sitios de honor.
Gregoria enviará a su hijo hasta Azángaro y lo verá muy esporádicamente,
preocupándose de él a través de cartas que dirige a su cuidadora.
Gregoria se constituye en administradora
de los bienes incautados a los españoles por el ejército Katarista, administra
y vende el vino, cuida los caudales y los víveres. Parece ser una mujer de
mucho carácter que en principio se siente limitada porque el papel de
protagonista, de Mama T’allalo encarna por derecho y vocación su cuñada
Bartolina Sisa.
Entonces conocerá al general qichwa
Andrés Tupaj Amaru, convirtiéndose en su amante y asesora política y bélica.
Los qichwas, desconfiados del papel de Tupaj Katari, envían a uno de sus
principales coroneles, Juan de Dios Mullupuraca, para reclamar tributos por los
bienes incautados. En respuesta Gregoria se constituye en embajadora y con un
séquito en el que también está su esposo, se dirige al campamento qichwa en el
cerco a Sorata llevando cinco mulas cargadas de plata, como contribución de
Tupac Katari.Andrés era sobrino de Tupac Amaru, hijo de su hermana Felipa; fue
educado en colegios privilegiados del Cuzco gracias a la fortuna de su familia
y a su clase social como descendiente de la nobleza incaica. Después de que
Tupac Amaru fue hecho prisionero, su tío Diego Cristóbal se hizo cargo de la
dirección del ejército Amarista, una de sus primeras acciones es encomendar a
Andrés el control de Tupac Katari.
El ejército qichwa pasa por Quequerani en
marzo de 1781, derrotando a los españoles y venciéndolos nuevamente en
Charasani; entran triunfantes en Larecaja y Omasuyos e incursionan en Sorata en
abril de 1781 cercándolo durante varios días. La resistencia de Sorata es
vencida mediante la construcción de una quchadonde reúnen las aguas del
nevado de Tipuani y luego las sueltan inundando Sorata y destruyendo la
principal trinchera.
Cuando Gregoria conoce al carismático
Andrés, éste tenía unos 19 años, aproximadamente diez menos que ella y su
principal idioma era el aymara. Ambos inician una relación apasionada. Gregoria
se quedó con Andrés hasta que terminó el sitio de Sorata. Sin importarle la
presión social, ni la presencia de su esposo en el campamento, se convirtió
públicamente en la pareja pasional y política de Andrés. En el juicio que
posteriormente le hicieron los españoles, cuando ella niega que fuera amante de
Andrés, le enrostran que “hasta los indios más torpes lo sabían”. Cuando le
interrogan sobre su esposo, dirá que era un fatuo, que tan solo servía para
soldado y que un día desapareció en la sierra de Pampaxasi y que seguramente
había muerto.
Pese a ser mujer con ambición de poder y
prestigio, prefirió ser sólo la asesora de Andrés y no figurar como T’allaque
daba órdenes o ejecutaba acciones. En loscombates de el Tejar, pese a que la
mayor parte del ejército era aymara y que por tanto consideraban a Tupac Katari
su comandante, no tomó ningún liderazgo pues sabía que era el centro de
habladurías y ello podía desprestigiar a su hermano. El día de la toma de
Sorata, el ejército Amarista arma una tienda de campaña para sus generales,
allí están Andrés y Gregoria en trajes de Inca. Por los relatos de los
españoles se conoce que Andrés era un líder carismático que se ganó a varios
criollos; uno de ellos, Antonio de Molina quien fuera soldado de los españoles,
declaró posteriormente que nunca había sido invitado a la mesa del General
Andrés Amaru y que este privilegio estaba reservado tan sólo a la hermana de
Tupaj Katari, Gregoria quien comía y vivía con Andrés.
Su relación con Andrés la llevó al nivel
de los coroneles qichwas, Bastidas, Diego Cristóbal Tupac Amaru y otros
comandantes. Por supuesto ella participaba en los concejos del alto mando
qichwa y en los encuentros de los comandos qichwas con los Aymaras. Uno de los
mestizos prisionero de Andrés, declaró que Gregoria dominaba a Andrés y hacía
matar y perdonar a quién quería. Por su parte Ascendía Flores, esposa del
coronel qichwa Quispe el Mayor, expuso que Gregoria era temida por los indios,
estaba siempre en compañía de Andrés e influía sobre él. Quispe el Menor por su
parte expresó que ella era de genio cruel inclinada a robar y despojar, muy
enemiga de los españoles y aún de los indios, “pues mandaba quitar la vida del
que quería” (Siles 1960:144). Todos los declarantes muestran que Andrés estaba
tan enamorado de Gregoria que sufría una influencia decisiva de ella.
Gregoria, siendo administradora de los
bienes incautados, era también jugadora que apostaba dinero y oro. El
afrodescendiente Gonzales cuenta que jugaba con él y otros arriesgando oro. Sin
embargo utilizaráprincipalmente su calidad de administradora para crear
clientelismos. Después de separados hasta el mismo Andrés le escribirá, desde
Azángaro, pidiéndole 200 pesos para pagar sus deudas de juego.
El papel mediador de Gregoria entre los
ejércitos qichwa y aymara fue importante, no se debe olvidar que Andrés y otros
coroneles qichwas llegaban como “interventores” y que había diferencia entre
objetivos y lecturas de prestigio. Andrés, culto, con prestigio social, sobrino
de Tupac Amaru, podía negociar y atraer a los criollos, en cambio Tupaj Katari
era un líder implacable y, después de la captura de Bartolina, constante
bebedor, de carácter cruel. En esta situación los líderes qichwas chocaron con
los aymaras y fue Gregoria quien impidió el avasallamiento a su hermano y a la
vez calmó los resentimientos y desconfianza de Tupac Katari, logrando que los
ejércitos actuaran conjuntamente.
Terminada la toma de Sorata, Andrés le
pide a Gregoria lo acompañe en su regreso a Azángaro, ella en su confesión a
los españoles dice que lo hubiera hecho pero era casada y en ese momento estaba
en compañía de su marido. Gregoria regresa al cerco de La Paz acompañada de su
hermano Tupaj Katari y de Miguel Bastidas, hermano de otra mujer janaxsariri:
Micaela Bastidas, esposa de Tupaj Amaru, quien se va con el ejército Katarista
en representación de los qichwas. Andrés le recomendará el cuidado de su tío.
Cartas posteriores muestran que Gregoria no estaba dispuesta a hacer el papel
de cuidadora. En una carta, Andrés le recrimina que su tío se había quejado de
que ella no lo atendía, que no le daba comida ni chicha.
Las cartas que Andrés le envía desde
Azángaro muestran la pasión del joven líder por la liberal Gregoria, le
manifiesta que desde que se separó de su amable y buenacompañía, …no ve la hora
de volver cuanto antes a esos lugares, “para continuar el goce de tus caricias
y voluntad que te merecí en tus asistencias y demostraciones firmes” declarando
que es “su más afecto, quien te ama de corazón. Inga.”
Gregoria, mujer profundamente libre
despertará comentarios del vigilante Bastidas. En cartas posteriores Andrés se
muestra celoso y amenazante, declarando que está “enterado de todas tus falsas
letras y tus injustas relaciones que por fin son de mujer que engañas a cuatro
o cinco al lado… solo te has ocupado en cuidar con pucheritos a cuantos…
monigotes y cuantos se les antoja el tener función contigo… que si otra vez… me
dan noticias de tus malas travesuras, será caso que me ponga en camino, antes
de tiempo a quemarlos a sangre y fuego, a vos por delante…” firmando como “su
más amante, que en todo ama de corazón”. Esa carta del 24 de octubre será la
última que le escriba a Gregoria, días luego ella será hecha prisionera y once
meses después, tras haber sufrido malos tratos, tortura y prisión, será
ejecutada de la forma más horrible.
El 12 de octubre es el fin de la
revolución Katarista.Los españoles dirigidos por Reseguín vencen a los andinos,
quienes se retiraran hasta Achacachi y Peñas. Gregoria se queda en Achacachi
mientras Bastidas inicia una negociación de paz. Se celebran las paces de
Patamanta el 3 de noviembre donde Gregoria se dirige para unirse al ejército
Amarista. Los españoles los traicionan y todos ellos, incluyendo Gregoria, son
presos y encadenados.
El 12 de noviembre llega a La Paz con
otras dos mujeres, además de coroneles Indígenas. En el interrogatorio le
calculan 28 a 30 años, ella dice que no tiene oficio. Sorprenden sus
declaraciones contra Bartolina Sisa su cuñada, mostrando los celos por el
liderazgoque la habían acompañado en la guerra de liberación. Cuando la acusan
de haber sido autora de extorsiones y violencias, de haber cometido homicidios
y de disponer de los bienes y riquezas y hacerse llamar virreina, ella dice que
todo eso lo había cometido Bartolina y que era la T’allaBartolina quien
se hacía nombrar Virreina.
Sobre las ejecuciones de Sorata declara
que fueron los “indios” quienes se excedieron de las órdenes de Andrés y que
ella más bien trató de interceder por los ejecutados. Siles muestra que ningún
declarante la defendió y que por eso ella “no vaciló en señalar las culpas de
otros así como en rebatirles agriamente”. Es muy distinta a Bartolina Sisa,
quien pese a estar en peores condiciones no culpó a nadie, exceptuando a la
odiada MariaLupiza.
La defensa que hace de ella Diego de la
Riva indica que era de reconocer y admirar los adelantamientos en su naturaleza
y sexo, que era de naturaleza áspera y soberbia y que por eso prevalecieron en
ella los afectos tiranos y no los que su propio sexo débil le podían inspirar.
El 6 de septiembre de 1782 es brutalmente asesinada. Le ponen una corona de
clavos y un aspa como cetro; la sientan en una mula para después ahorcarla, le
cortan las manos y junto a su cabeza son clavadas en picotas, llevando estos restos
a Achacachi y Sorata. Después de días queman sus restos y lo arrojan al aire.
Andrés Tupac Amaru sostuvo su autoridad
en Azángaro, Carabaya, Huancané, Caupolican (Apolobamba), Larecaja, Muñecas y
Omasuyos, hasta fines de 1783. Mediante su lugarteniente Villcapaza natural de
Azángaro, Andrés había conocido a una joven criolla, Angélica Sevilla, que la
hermana de Villcapaza cuida. Posiblemente fue ella quien tomó el lugar de
Gregoria Apaza. A fines de 1788 dos frailes dominicosde Arequipa convencen a Andrés
y a Villcapaza deponer armas y pedir perdón a la Audiencia del Cuzco, por
supuesto fueron traicionados. Apenas llegaron al Cuzco fueron aprehendidos y
ejecutados de forma horrible después de ser torturados.
Los tiempos
revolucionarios de la aymaritud en 1781 produjeron nuevos discursos en las
mujeres guerreras, que tal vez no hubieran sido posibles en épocas de
sometimiento y subordinación. Temas fundamentales como la decisión autónoma de
las mujeres, la construcción de sus propios objetivos y metas fueron planteados
en el caso de Bartolina Sisa y la ruptura total con las normas de moral sexual
y roles de esposa y madre en el caso de Gregoria Apaza. Hasta ahora molesta
incluso a los aymarjilatanakapensar que nuestras heroínas más conocidas,
las más valerosas y destacadas hayan podido derribar las murallas no sólo de
los cánones de género establecidos por los invasores españoles sino también del
principio aymara del taypichachawarmiy tomar el camino que su cerebro, ajayuy
corazón femenino les señalaba. Posiblemente estas mujeres siguen siendo
vigentes por que plantearon a su modo desafíos y decisiones que las mujeres
aymaras modernas tenemos que seguir respondiendo.
Bibliografía:
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La generala Aymara y la equidad de género. Ed. Amuyañataki.
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Silverblatt, Irene. Luna, Sol
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Suarez Findlay, Eileen. Imposing Decency.The Politics of Sexuality
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Valcarcel,
Daniel. La rebelión de Tupac Amaru. Ed. Fondo de Cultura Económica.
México: 3ª. Reimpresión, 1975
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